Una encuesta reciente realizada por ExpressVPN examina con qué frecuencia la gente olvida sus contraseñas y cuánto tiempo desperdician pasan restableciéndolas ─tiempo que podrían emplear incrementando su bienestar físico y mental─.
¿Qué haría si tuviera cuatro minutos libres? ¿Haría unas palomitas en el microondas, respondería un par de correos, leería algunas páginas de su libro favorito o pasaría algo de tiempo de calidad con sus seres queridos?
De todas las posibilidades, dudamos mucho que restablecer contraseñas fuese una de las opciones preferidas. Sin embargo, según una encuesta reciente de ExpressVPN, la persona promedio pasa tres minutos y 46 segundos restableciendo una contraseña cada vez que la olvida.
Si bien sacrificar unos minutos al día no parece mucho pedir (y a todos nos ha pasado antes, seguramente más de una vez), la mayoría de los encuestados admitieron que habían hecho clic en “olvidé mi contraseña” más de lo que les gustaría.
¿Por qué olvidamos nuestras contraseñas?
Existen ciertas prácticas que pueden aumentar nuestra posibilidad de olvidar contraseñas, y no todas tienen por qué ser malas:
- Establecer contraseñas complejas con la intención de hacer más seguras nuestras cuentas.
- Tener que recordar una gran cantidad de contraseñas diferentes en varias plataformas.
- Usar tanto los inicios de sesión biométricos para acceder a nuestras cuentas digitales que se nos olvidan los datos de inicio de sesión manuales.
Llevamos décadas restableciendo contraseñas, y la necesidad de hacerlo llegó para quedarse. Sigue siendo una manera rápida y sencilla para que las páginas web le den acceso a su cuenta cuando haya olvidado su contraseña. Pero esto implica más tiempo perdido, porque cada vez pasamos más tiempo en la esfera digital.
Para entender mejor las consecuencias de tener que restablecer una contraseña olvidada, ExpressVPN realizó una encuesta a 8.000 personas en EE. UU., Reino Unido, Francia y Alemania. En conjunto, este grupo arrojó luz sobre el uso común de las contraseñas, así como las cosas que se podrían hacer con el tiempo perdido a causa de contraseñas olvidadas.
La gente desperdicia horas enteras cada año restableciendo contraseñas
Si bien en estos cuatro países el tiempo promedio requerido para cambiar una contraseña fue de tres minutos y 46 segundos, fue a los estadounidenses a quienes les tomó más tiempo: el 37% dijeron que les tomaba más de cuatro minutos cambiar una contraseña y el 7% afirmó que eran más de 10 minutos.
Cuando les preguntamos por la frecuencia, hallamos que el 52% de los encuestados en EE. UU. restablecen sus contraseñas al menos una vez al mes, y tanto en Francia (53%) como en el Reino Unido (50%) se obtuvieron cifras similares. Pero parece ser que a los alemanes se les olvidan menos sus contraseñas, puesto que solo el 35% de ellos necesitan restablecerlas al menos una vez al mes.
De nuestros encuestados en EE. UU., el 21% afirmaron que restablecen sus contraseñas más de una vez a la semana, y el 14% admitieron que las restablecen al menos una vez al día. Esta última cifra produce la pasmosa suma de 21 horas por individuo y año.
Y lo peor es que el 4% de los estadounidenses admiten haber restablecido sus contraseñas olvidadas más de cuatro veces al día, lo que genera la estratosférica cantidad de tres días y medio (84 horas) al día.
Las contraseñas que más olvidamos: las de banca
Necesita hacer una transferencia urgentemente. Prende la computadora, se sirve un café y se sienta en su sillón, listo para iniciar sesión en su app de banca. Pero hay un detallito: ¡No puede! Ha pasado tantísimo tiempo desde la última vez que inició sesión en su cuenta, que ya se le olvidó cuál es la contraseña.
Para gran cantidad de los encuestados en los cuatro países, esta situación resulta muy familiar. Casi un 30% indican que la banca online es el tipo de página web o aplicación para la que más frecuentemente olvidan sus contraseñas; mucho más que las redes sociales (24%), compras online (16%), páginas y aplicaciones de pago de servicios (9%) y videojuegos online (8%).
Es interesante ver que solamente el 7% de los encuestados indicaron que las cuentas de su trabajo fueron las que tuvieron que restablecer con más frecuencia. Esto seguramente es debido a que los usuarios deben iniciar sesión en sus cuentas de trabajo con frecuencia, lo que les impide olvidar sus contraseñas. Otro posible motivo es el uso común de gestores de contraseñas o servicios de inicio de sesión único en el trabajo, que permiten a los usuarios acceder a múltiples cuentas con tan solo recordar una contraseña.
Entonces, ¿qué hacemos cuando olvidamos una contraseña?
Recuperación de contraseñas y control de daños
Si bien las contraseñas son fáciles de olvidar, más de tres cuartas partes de los encuestados confían en que se saben las respuestas a las preguntas de seguridad que han establecido anteriormente. Sea como sea, hay muchos otros obstáculos que los usuarios se encuentran cuando olvidan una contraseña.
Más del 75 % de los encuestados en EE. UU. revelaron que habían quedado sin acceso a sus cuentas después de introducir una contraseña incorrecta. Esto podría tener diferentes implicaciones dependiendo de la cuenta: esperar un cierto período antes de poder probar de nuevo, ser obligado a restaurar la contraseña, tener que contactar a la empresa por otros métodos como el teléfono o el correo electrónico.
No siempre está muy claro qué hacer a continuación. Un 48% de los encuestados en EE. UU. expresaron que han pedido ayuda a un amigo (10 %), familiar (16 %) o representante de atención al cliente (21 %) cuando se les ha olvidado una contraseña.
Cuando logran restablecer sus contraseñas olvidadas, más del 40 % de los estadounidenses, británicos y alemanes encuestados dijeron que crean manualmente una contraseña totalmente nueva y única, o usan un generador de contraseñas aleatorias, que es una práctica recomendada. Sin embargo, los franceses prefirieron adoptar un enfoque más sencillo (pero menos seguro), que fue cambiar ligeramente su contraseña original al restablecerla.
A pesar de que se recomienda encarecidamente nunca reciclar contraseñas, el 16% de los alemanes, 12% de los franceses y más del 10% de los estadounidenses y británicos admitieron que reutilizaban una contraseña de otra cuenta al restablecer una contraseña olvidada.
Restablecer una contraseña es una de las principales molestias
¿Hay algo más molesto que tener que restaurar una contraseña una y otra vez? Para nuestros encuestados en EE. UU., Reino Unido y Francia, la respuesta fue que no.
La mayoría de los encuestados (35%) indicaron que una conexión lenta a internet es lo único que consideran más desesperante que olvidar una contraseña. Esta frustración aumenta cuando restablecen una contraseña y justo después les dicen que no puede ser igual que la anterior (25%).
A la inversa, la mayoría de los participantes alemanes dijeron que una conexión lenta (34%), perder las llaves del coche (34%) y el tráfico pesado (25%) eran más desesperantes que olvidarse una contraseña online (19%).
La mayoría detestamos tener que hacer esas tareas que consideramos una pérdida de tiempo. Esto es porque sabemos inherentemente que podríamos emplear ese tiempo de una manera mucho mejor. Pero, ¿en qué exactamente?
Tiempo bien empleado
Preguntamos a nuestros encuestados qué harían si pudieran recuperar el tiempo empleado en restablecer sus contraseñas. La mayoría dijeron que:
- Pasarían tiempo con amigos y familiares (30 %)
- Leerían un libro (16%)
- Darían un paseo (14%)
- Harían tareas pendientes (12%)
- Probarían un nuevo pasatiempo (8%)
Entonces, en vez de sentir esa oleada de miedo, ansiedad y frustración que viene con el olvidar una contraseña, la mayoría preferiríamos participar en actividades que contribuyan a nuestra salud mental y bienestar físico. Tiene sentido.
¿La única precaución? Cerca del 32 % de los encuestados opinan que restablecer una contraseña es cosa normal, mientras que otro 20 % opinan que no hay nada que se pueda hacer para evitar tener que restablecer contraseñas. Sin embargo, esto es completamente falso.
La manera más sencilla de mantenerse al tanto de sus contraseñas
Durante la mayor parte de las últimas dos décadas, nos han dicho que hay que crear contraseñas complicadas que contengan una cadena de caracteres aleatoria, con mayúsculas y minúsculas mezcladas con símbolos, porque esto las hace más difíciles de descifrar. Esto hace que contraseñas como “KJaerz&53$*647>” se consideren la panacea de la autenticación.
Si bien podríamos debatir largamente los méritos de añadir símbolos cuando algo como “caballo correcto batería engrapadora” es igual de eficaz, hay algo que sí es cierto: las contraseñas deben ser largas (recomendamos 17 caracteres) y únicas (que no se repitan en diversas cuentas). El problema es que hay que recordarlas. Las contraseñas seguras son casi imposibles de recordar, especialmente cuando se tienen muchas.
Y es ahí donde entra en escena el gestor de contraseñas.
Los expertos consideran que los gestores son la manera más segura de almacenar contraseñas ─gracias al cifrado fuerte─, pero además usar uno le permite tener que recordar una sola contraseña, lo que le dará acceso a todas las demás.
Además, la mayoría de los gestores de contraseñas rellenan previamente los campos de inicio de sesión para las páginas y servicios web que visita, lo que los vuelve muy cómodos.
Entonces, ¿cuál es la manera más sencilla de recordar sus contraseñas? Parece que la respuesta es simplemente no tener que recordarlas en absoluto.
Tener contraseñas seguras es fundamental para proteger su información. Y para navegar seguro, recuerde utilizar un gestor de contraseñas. La combinación de estos dos hace que su actividad esté más segura y protegida.